“Para nadie es un secreto que la gran batalla de los centennials, o la llamada Generación Z, es respecto a la salud mental. La tendencia a conductas suicidas y autolesiones está aumentando según pasan los años y el consumo de ansiolíticos se ha disparado entre los más jóvenes. Se ha teorizado mucho sobre este declive en el bienestar emocional, que se viene documentando. Se ha buscado el porqué de que la situación haya empeorado generación tras generación…
Tal vez la respuesta esté en algún factor que haya surgido en los últimos años y haya acompañado en los años formativos a las últimas generaciones y no a sus antecesores. ¿Y si la respuesta está en esos smartphones, o mejor dicho, en el acceso a internet 24/7? ¿Qué tanto se podría satanizar a este artefacto con el que creció la generación Z, al que los millennials solo accedieron en la adolescencia, y al que los X conocieron ya en la adultez? El Global Mind Project decidió conducir un estudio para responder a esta pregunta y averiguar si existe una correlación entre la salud mental de los jóvenes y la edad a la que estos recibieron su primer teléfono móvil.”